Radiación ultravioleta tipo C para desinfectar

La desinfección por radiación ultravioleta tipo C tiene un gran efecto germicida. El motivo es que su longitud de onda es más corta por lo que el impacto es mayor, por eso ha sido usada desde hace muchos años como un potente bactericida y germicida. De hecho, estudios recientes han demostrado que es capaz de eliminar virus como el SARS o el COVID-19 a nivel hospitalario.

¿Qué es la radiación ultravioleta C?

Exponerse a los rayos UV-A, ya sean procedentes de las camas solares o del sol conlleva una serie de peligros. Pero la radiación UV-C que produce el sol en una longitud más corta, suele filtrarse por la atmósfera antes de llegar a la tierra. Esto consigue proteger a las personas y, por tanto, es la longitud de onda que consigue que el efecto de los rayos UV sea más o menos efectivo ante diferentes microorganismos. De hecho, puede matar virus, bacterias y otros microorganismos, por lo que proporciona una alternativa bastante más eficiente ante el uso de sustancias químicas como método de desinfección.

Esta es la causa por la que la UV-C se utiliza cada día más en esterilizaciones en diferentes ámbitos, como por ejemplo en depuradores de aguas residuales, en la industria alimentaria, en sistemas de aire acondicionado o en laboratorios. Debido a sus numerosas ventajas, también se emplea en la esterilización del instrumental médico, así como en superficies quirúrgicos. El proceso es mucho más natural, ya que desinfecta cualquier superficie con una inactivación más rápida y eficiente sin dejar ningún resto químico.