El efecto germicida de la luz ultravioleta

Cuando hablamos de la desinfección por radiación ultravioleta nos referimos a una luz UV-C (de onda corta), que es la que no puede llegar de forma natural. Sin embargo, a pesar de ser artificial, permite disfrutar de algunos beneficios, como es su capacidad de actuar como germicida, clave para combatir el coronavirus Covid-19.

La luz ultravioleta y su capacidad para matar virus

La luz ultravioleta tiene la capacidad de provocar daños estructurales en microorganismos como bacterias y virus, lo que hace que no sea posible que el ADN de estos se replique y que, por lo tanto, no se pueda reproducir; y esto deriva en su muerte.

Esta capacidad germicida hace que la desinfección por radiación ultravioleta haya sido muy utilizada durante la pandemia sanitaria en todo el mundo. Se puede usar de diferentes modos, como por ejemplo recurriendo al uso de lámparas UV. De esta manera se puede frenar su expansión y contribuir a la reducción de casos de contagio y enfermedad.

Este tipo de rayos ultravioleta consiguen inactivar los microorganismos perjudiciales de una manera efectiva y rápida, mediante un proceso físico que evita que puedan infectar. Con el paso de los años se ha podido demostrar con diferentes aplicaciones que la luz UV-C es muy útil para hacer frente a patógenos y enfermedades peligrosas para los humanos, sobre todo aquellas que son de tipo bacteriano y viral, aunque también es eficaz para otras de tipo parasitario.

Por todo ello, la tecnología UV es un método muy eficaz para acabar con los virus.