¿Cómo funciona la desinfección UV?

La desinfección por radiación ultravioleta es cada vez más popular. Desde hace años se ha convertido en una de las mejores maneras de poder hacer frente a partículas que pueden llegar a ser muy perjudiciales para la salud. La luz UV tiene grandes ventajas, tanto por su rapidez de descontaminación como por la limpieza final que ofrece, sin olores ni residuos y con una eficacia del 99,99%.

El funcionamiento de los rayos ultravioleta para la desinfección

Diferentes estudios han permitido determinar que las longitudes de onda en la banda espectral ultravioleta de 200 a 280 nanómetros es la que goza de una mayor eficacia de cara a la desinfección. Las longitudes de onda cuentan con partículas de luz (fotones) que son los más energéticos en el espectro óptico; y esto hace que sean los que gozan de una mayor actividad fotoquímica.

La desinfección por radiación ultravioleta ofrece una gran eficacia bactericida, ya que es capaz de destruir tanto el ADN como el ARN, que es donde se encuentra la programación genética. Esto significa que gracias a su empleo se consiguen desactivar microorganismos como bacterias, levaduras, hongos o virus.

Estos sistemas son relativamente novedosos en su aplicación en el ámbito sanitario, pero llevan varias décadas en el mercado, utilizándose tanto a la hora de desinfectar superficies como también del aire y del agua potable. De hecho, la industria ha ido evolucionando hasta ser muy utilizado en sistemas de aire acondicionado, sistemas de ventilación o protección de cultivos. Su eficacia germicida del 99,99% la convierten en una opción que ofrece altas garantías a los usuarios.